Iniciar en el mundo de la arquitectura y el diseño puede ser un viaje emocionante, pero también lleno de retos. Ya sea que estés dando tus primeros pasos o ajustando el rumbo de tu carrera, es fácil sentirse abrumado por la cantidad de decisiones y caminos por recorrer. Sin embargo, hay algo que he aprendido en mi propio viaje: cuando tenemos unos cimientos sólidos, podemos construir el futuro que deseamos.
Mi gran reto fue comenzar mi carrera como autónoma o freelancer, sin tener claro por dónde empezar. Aprendí rápidamente que ser independiente en este campo requería no solo habilidades técnicas, sino también una mentalidad firme y un autoconocimiento profundo de lo que quería lograr. Más tarde, al lanzarme al mundo del emprendimiento con una línea de productos, y a la par desarrollarme en la gestión de proyectos integrales, me di cuenta de algo fundamental: la base de todo crecimiento está en el autoconocimiento personal.
Este descubrimiento, que puede parecer obvio, fue clave para mí. El mentoring jugó un papel crucial en ese proceso. Tener un mentor que me guiara, que compartiera su experiencia y me ayudara a trazar objetivos a corto y largo plazo, me permitió enfocar mis esfuerzos y crecer de manera más efectiva. No se trata solo de adquirir habilidades técnicas, sino de entender cómo relacionarnos con los demás, cómo liderar equipos de manera efectiva y cómo mantener relaciones estrechas y productivas con los clientes. El mentoring me enseñó a tomar decisiones más informadas, a ajustar el rumbo cuando las cosas no iban como esperaba y, lo más importante, a mantenerme fiel a mis valores y metas.
El mentoring, al final, es más que solo asesoría técnica. Es un proceso de crecimiento integral donde, a través de la guía de alguien con experiencia, aprendemos a descubrir nuestra mejor versión, no solo como profesionales, sino también como personas. A medida que construimos una base sólida de confianza y comprensión en nosotros mismos, esa energía se refleja en todas nuestras interacciones: con nuestros equipos, nuestros clientes y, por supuesto, en el impacto que dejamos en cada proyecto que realizamos.
Si hoy me encuentro donde estoy, con una carrera sólida y un futuro prometedor, es gracias a esos cimientos y al constante proceso de autocrecimiento y autoconocimiento. A aquellos que están comenzando, o aquellos que sienten que necesitan reajustar su rumbo, les diría: el camino puede parecer incierto al principio, pero cuando tienes claro quién eres, qué deseas lograr y cuentas con el apoyo de un buen mentor, todo se vuelve posible.
El mentoring y nos ayuda a ver el panorama más amplio, a caminar con confianza y a tomar las riendas de nuestra carrera. Así que, si estás listo para dar ese primer paso o para reorientar tu camino, recuerda que siempre hay alguien dispuesto a apoyarte en cada paso. Tu futuro está en tus manos.