Este refugio de verano ha sido el hogar de una familia muy unida durante tres generaciones, un espacio que va más allá de ser solo un lugar de descanso. Es un verdadero viaje sensorial donde los colores, las texturas y la naturaleza se combinan para crear un ambiente armonioso y lleno de vida. Cada rincón está diseñado para fomentar la convivencia y el bienestar, reflejando la importancia de la familia y el descanso.
Las paredes se visten con tonos cálidos, en el mobiliario con acentos como el naranja suave y el amarillo sol, que se complementan con matices refrescantes de verde menta y azul cielo. Esta paleta de colores no solo embellece, sino que invita a la relajación y la paz, transformando la casa en un refugio perfecto para reconectar.
Los textiles naturales aportan textura y confort, desde las alfombras que invitan a caminar descalzo hasta las mantas de algodón que abrigarán a todos después de un día de sol. Cada material fue seleccionado para crear un entorno cálido y acogedor, potenciando la comodidad de la familia y sus invitados en cada espacio.
Además, el diseño de la casa tiene en cuenta el bienestar en todos los sentidos, utilizando persianas de madera y sistemas de ventanas adecuados para regular tanto la temperatura como la acústica, creando un ambiente confortable en cualquier momento del día.
Este hogar no es solo un espacio físico, sino un lugar de conexión donde las dinámicas familiares se fortalecen y se crean recuerdos valiosos. Con un diseño que armoniza con la naturaleza, este refugio se convierte en un escape perfecto, un lugar para relajarse y disfrutar de cada momento en familia. Aquí, el tiempo se detiene, y cada verano es una oportunidad para crear nuevas historias juntos.
Un recibidor que da la bienvenida con calidez y equilibrio. Bajo la escalera logramos integrar un almacenamiento oculto, el mueble de esterilla aporta textura y ligereza, mientras los objetos a color y las flores en tonos vibrantes llenan el espacio de vida. Cada elemento dialoga con la luz y con la madera, creando una atmósfera serena y acogedora desde el primer paso.
El color y la forma del mobiliario influyen directamente en los sentidos; por ello, más allá del estilo, se priorizan las líneas suaves y las formas redondeadas que brindan una sensación de acogimiento al usuario.
Un comedor que irradia calidez y alegría. Las sillas en tono amarillo aportan energía y frescura, mientras las lámparas de fibras naturales suavizan la luz con su textura artesanal. El revestimiento de pared con panelado en color nude envuelve el espacio en serenidad, equilibrando los contrastes y creando una atmósfera acogedora y luminosa..
Una cocina abierta que respira luz y frescura. Los tonos azul y madera evocan la calma del verano, mientras el desayunador invita a compartir momentos cotidianos con naturalidad. Cada detalle equilibra funcionalidad y calidez, creando un ambiente donde la vida fluye con sencillez y armonía.
La casa integra las areas y desde los materiales conectamos el diseño con los sentidos.
El dormitorio se aprovecha al máximo con un mueble de TV acompañado de closets laterales. Se utiliza la esterilla para aportar calidez sin saturar el ambiente, logrando así un espacio que invita al descanso.
La presencia de flores en las obras de arte mantiene la coherencia con los lenguajes visuales del entorno y refuerza la conexión emocional con la dueña de casa.
Los acabados de los baños se conectan con la calidez de los tonos arena y con el diseño del piso tipo mosaico tradicional, reinterpretado en colores pasteles que armonizan con el estilo general de la casa. Esta paleta refuerza la continuidad cromática y el tono acogedor que se percibe constantemente en todo el proyecto.

